En la búsqueda constante por la inclusión y la igualdad, el uso de pronombres se ha convertido en una herramienta elemental. Por si hay algún despistado, recordaremos que los pronombres son palabras que utilizamos para referirnos a una persona sin tener que repetir su nombre constantemente. Pero, su importancia va más allá de la comodidad lingüística. El uso correcto de los pronombres es una forma de reconocer y respetar la identidad de género de cada individuo. En esta entrada, exploraremos la relevancia y el impacto positivo que puede tener el uso adecuado de pronombres en nuestros diseños.
Tradicionalmente, se utilizaban pronombres binarios como «él» para referirse a hombres y «ella» para referirse a mujeres. Esta concepción excluye a las personas cuya identidad de género no se ajusta a las categorías convencionales. El uso de pronombres inclusivos busca reconocer y respetar la identidad de género de todas las personas. Además de los pronombres tradicionales, como «él» y «ella», se han desarrollado pronombres neutros, como «elle» y «ellx» que brindan una opción para aquellos que no se identifican como hombres o mujeres, o que prefieren una opción de pronombre neutral. Para aquellos cuya identidad de género no se ajusta a las normas tradicionales, ser reconocidos y respetados en su forma preferida de pronombre es importante y puede mejorar su sentido de pertenencia. Además, utilizar pronombres inclusivos crea un clima acogedor y respetuoso y fomenta la igualdad y la diversidad.
¿Cómo incorporo todo esto a mi diseño y pare que me sirve? Muchas veces en nuestro flujo de trabajo con usuarios necesitamos tener un trato con el cliente. Necesitamos llamarle por teléfono o traspasar la frontera del lenguaje neutro y en este caso utilizar el pronombre neutro como genérico no es la mejor opción. Por eso es importante poner en nuestros formularios de ficha de cliente una pregunta sobre cómo queremos que nos refiramos a su persona. Por poner un ejemplo, imaginad una persona que lleva años en tratamiento porque quiere transicionar a hombre, esta persona tiene disforia de género y durante muchos años se ha sentido mal con su aspecto físico y el trato que le se le ha dado. Después de todo este tiempo no será lógico que cuando le llamemos nos referíamos a él, en masculino. Pero qué pasa con las personas del género fluido o Queer que no se quieren identificar con ningún género sea por la causa que sea, ¿no sería bueno tener una casilla que diga que quiere un tratamiento neutro en su ficha de cliente? Muchos pensarán que es tan fácil como ver su nombre y el sexo en el documento de identidad, pero esto está lejos de la realidad, hay mucha gente que no ha tenido, o no tiene en función de su país, la posibilidad de cambiar el sexo en este documento y además no debemos de olvidar que sexo, es decir lo biologico, en muchas ocasiones no corresponde con género, la construcción social. Además este nombre puede ser neutro como Leo, o Andrea o extranjero como Yiang, nombres que a priori no nos dan ninguna información del pronombre de la persona que los lleva.
Por todo esto la mejor forma de utilizar los pronombres es preguntarle a cada persona cuál es su preferencia. Además, es esencial estar abiertos a aprender y corregir nuestros propios errores si nos equivocamos en el uso de los pronombres de alguien. La empatía y el respeto son fundamentales en este proceso de aprendizaje y adaptación.
El uso de pronombres adecuados es una buena práctica de reconocer y respetar la identidad de género de todas las personas. Al adoptar pronombres inclusivos, estamos construyendo un mundo más igualitario. A medida que continuamos avanzando hacia la inclusión, es fundamental practicar el respeto y difundir la importancia del uso correcto de pronombres. Juntos, podemos crear un futuro en el que todos sean valorados y aceptados, independientemente de su identidad de género.