La Ley de Prägnanz, también se conoce como la Ley de la Simplicidad, es un principio fundamental en la percepción visual y la psicología de la Gestalt. Fue formulada por primera vez por el psicólogo alemán Max Wertheimer a principios del siglo XX.
La palabra alemana «prägnanz» se puede traducir aproximadamente como «precisión». Y es que esta ley sostiene que, cuando nos encontramos con una configuración visual compleja, tendemos a percibirla de la forma más simple, ordenada y estable posible. Nuestro cerebro tiende a organizar los elementos visuales en una estructura coherente y significativa, incluso cuando la información disponible es ambigua o fragmentada. El ejemplo más típico es este:
Al ver esta serie de curvas nuestro cerebro organiza y simplifica las formas. Dónde hay un grupo de colores y formas ve unos anillos enlazados. Ven todo como un conjunto.
La ley se basa en varios principios clave:
- Figura y fondo: Nuestra mente tiende a organizar una imagen en una figura clara y definida que se destaca del fondo más vago y menos prominente. Por ejemplo, al ver una imagen en blanco y negro, tendemos a percibir una forma clara como la figura y el área que la rodea como el fondo.
- Cierre: Cuando se presenta una figura incompleta o parcialmente oculta, nuestra mente tiende a completar las partes faltantes y percibir la figura como una forma cerrada. Esto nos permite identificar objetos incluso cuando solo se muestran algunos de sus detalles.
- Simplicidad: Preferimos las formas y patrones más simples y ordenados en lugar de aquellos que son complejos o caóticos. Si hay varias formas posibles de organizar los elementos visuales, nuestro cerebro tiende a elegir la forma más simple y equilibrada.
- Similitud: Los elementos visuales que son similares en forma, color, tamaño u otras características tienden a agruparse y percibirse como parte de una misma figura o patrón. Esto nos ayuda a organizar y categorizar la información visual de manera eficiente.
La Ley de Prägnanz enfatiza la importancia de la simplicidad y la claridad sobre la complejidad y la ambigüedad. Reconoce que los seres humanos tienen una tendencia natural a simplificar los estímulos que percibimos.
Como diseñadores esto significa que debemos utilizar la menor cantidad de elementos necesarios para definir una estructura u organización. Esto resultará en figuras o conjuntos de elementos que son más fáciles de percibir. Por el contrario, los diseños que son demasiado detallados y complejos serán más difíciles de entender y relacionar con conceptos simples.
Por ejemplo:
Observando este protipo podemos observar como funciona nuestro cerebro. Las cajas centrales son un bloque. Dentro de ellas se observa que habrá detalles en el interior, pero para nuestro cerebro todo es tratado como una caja global.
Y con esto terminamos el artículo sobre la ley de Prägnaz, pero es importante destacar que las leyes de la experiencia de usuario (UX) están interconectadas y trabajan en conjunto. En este sentido, podemos establecer una conexión entre la Ley de Hick y la Ley de Prägnanz, ya que ambas resaltan la importancia de mantener diseños simples y fáciles de comprender para nuestros usuarios.